En sus ojos estaba toda la tierra y todo el terremoto. La grieta, el remolino. Miraba mis ojos mirando los suyos, nos fertilizábamos y nos reproducíamos en todas las direcciones. Un espejo, espiral ascendente. El aire colapsó y se llovió a sí mismo. Cayeron pedazos de objetos, todas las cosas estaban sobre nosotros-